Fuente: https://andina.bayer.com/es/sala-de-prensa/el-glifosato-es-un-producto-seguro.php

Desde el surgimiento de la agricultura, los agricultores han luchado una fuerte batalla contra las malezas (más de 30 mil especies conocidas) que no son un enemigo fácil, pues junto a los insectos y enfermedades, pueden arruinar el 40% de los cultivos, si se dejan de utilizar plaguicidas (fuente: FAO). Las malezas roban comida a los seres humanos y animales, al dejar a los cultivos sin agua, luz solar, nutrientes y suelo. En este escenario, el glifosato ha sido una valiosa herramienta para los agricultores.

La ciencia y las autoridades de control de los países más importantes del mundo avalan la seguridad de la molécula del glifosato, que hoy en día cuenta con más de 100 marcas comerciales en Colombia, usadas ampliamente y de forma segura en la agricultura sostenible.

Existe mucha información alrededor del mundo cuestionando la seguridad del glifosato, por eso queremos compartirle una serie de consideraciones que demuestran que esta molécula se encuentra en medio de un debate político y no científico:

1. El glifosato ha sido una herramienta valiosa y segura para los agricultores y otros usuarios por más de 40 años. Las conclusiones de las autoridades regulatorias como EPA (Agencia de Protección Ambiental de USA), la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), la ECHA (Agencia Química Europea), el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH), además de otros reguladores de 160 países del mundo incluidos Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia y de la Unión Europea, confirman que el glifosato es seguro cuando se usa adecuadamente, de acuerdo con las instrucciones de la etiqueta.

2. El Programa Internacional de Seguridad de las Sustancias Químicas (IPCS, por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como las Reuniones Conjuntas FAO/OMS sobre Residuos de Plaguicidas (JMPR, por sus siglas en inglés) de 1997, 2004 y 2016 consideran que el glifosato no es cancerígeno.

3. En marzo de 2015, la IARC (International Association for Research on Cancer) incorrectamente clasificó el glifosato como “probable carcinogénico”. En esta misma clasificación, la IARC también incluyó a algunos tipos de cerveza, la carne, trabajar en una peluquería, los celulares y al café, entre otros productos/actividades.

Cabe señalar que la IARC no es una autoridad regulatoria y no realiza estudios científicos. La IARC es uno de los cuatro programas de la OMS que a partir de un cúmulo de estudios elegidos al azar, sin rigor científico e ignorando el abrumador consenso científico a nivel mundial que establece al glifosato como una sustancia segura, llegó a la conclusión de que esta sustancia es un probable cancerígeno; aun cuando los otros tres programas de la OMS han expresado opiniones científicas contrarias.

4. Posteriormente a la clasificación de la IARC, las revisiones del Instituto Federal de Análisis de Riesgo de Alemania (BFR 2015, 2016), la Autoridad de Seguridad Alimentaria Europea (EFSA 2015), la Agencia Regulatoria de Manejo de Plagas de Canadá (PMRA, 2015, 2017), la Comisión de Seguridad Alimentaria de Japón (FSC, 2016) y la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (US EPA, 2016) concluyeron que hay suficiente y consistente evidencia que indica que es improbable que el glifosato sea cancerígeno para humanos.

Adicionalmente, un extenso y cuidadoso estudio epidemiológico, realizado y publicado en 2018 por el Instituto Nacional de Salud (NHI) del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, analizó la relación entre glifosato y cáncer en casi 90.000 agricultores aplicadores del producto y sus familias en Estados Unidos; muestra que no existe ninguna relación.

Más de 800 estudios, incluido el estudio epidemiológico de Salud Agrícola de USA realizado en 2018 (U.S. Agricultural Health Study) y publicado en la revista del Instituto Nacional del Cáncer (NCI), no encontraron ninguna conexión entre el glifosato y el cáncer, incluido el Linfoma No Hodgkin. El estudio hizo seguimiento a más de 50.000 agricultores que habían trabajado con glifosato durante más de 20 años.

5. Es importante recalcar, que contrario a lo que personas ajenas a la ciencia comentan, el cuerpo humano puede tener y tiene en efecto, niveles aceptables de residuos de glifosato, así como tiene residuos por ejemplo de arsénico (una toxina muy conocida porque se produce de forma natural), sin que esto signifique que su salud se encuentra en riesgo. Y como esto, en el cuerpo hay cientos de residuos que aislados de todo contexto son potencialmente no saludables, dependiendo de la dosis.

6. Los agroquímicos como otras herramientas consideradas “peligrosas” son herramientas que utilizadas de forma adecuada tienen muchos beneficios. Lo explica el profesor y científico Moisés Wasserman (investigador y ex rector de la Univerdad Nacional de Colombia): “Un cuchillo de cocina es un excelente instrumento si uno lo agarra del mango, pero muy peligroso cuando se agarra de la hoja”.

7. El glifosato como todo producto de protección de cultivos cuenta con la investigación científica para determinar:

a. la dosis a la cual la sustancia es segura y no causa efectos adversos en la salud;

b. la dosis de la sustancia a la cual una persona podría estar expuesta todos los días de su vida, sin tener efectos adversos en su salud;

c. las medidas protección para reducir potenciales riesgos, y

d. los límites máximos de residuos en alimentos que no llegarían a afectar la salud.

Con estos estudios, fundamentados en principios CODEX (Código Alimentario) de la FAO, los organismos regulatorios dan autorización de uso y venta.